El HLA Alicante se agarra al Ferrándiz y a su defensa para sumar la octava seguida

Había ganas de baloncesto en el Pedro Ferrándiz. Tres semanas después del triunfo ante Breogán, la Kali Nord y el público alicantino echaban de menos uno de esos viernes de emociones fuertes en el feudo blanquiazul. El reparto de la película lo completaba Lleida, equipo que había vencido al HLA Alicante en la primera entrega de la saga, estrenada allá por Halloween y que buscaba ejercer el papel de villano en la cruzada lucentina hacia la octava victoria consecutiva.

La intensidad defensiva y la igualdad gobernaron en los albores del encuentro (10-9, m. 5). Desacertado en el perímetro, el HLA Alicante se afanaba en encontrar a Bamba Fall bajo aro (ocho puntos sin fallo en el primer cuarto). Por su parte, Lleida hacía mucho daño usando el arma que no le funcionaba a los de Pedro Rivero: el tiro exterior. Tanto desde la media distancia como desde más allá del arco, los visitantes encontraban posiciones cómodas de lanzamiento que se traducían en canastas fáciles. Con 18-21 se llegó al final del primer asalto.

La entrada de Pitts en el segundo periodo vitaminó el ritmo lucentino y animó a un Ferrándiz que necesita poco para calentarse. Sin embargo, los de Rivero se empecinaban en disparar una y otra vez de tres puntos. Una dinámica que no iba acompañada de acierto y que permitía a Lleida mandar en el marcador a pesar de su ejercicio de solidarización con el HLA Alicante en forma de caída en picado de sus porcentajes de tiro (23-25, m. 13). Fue entonces cuando el equipo de casa dio un paso adelante. Capitán Llompart volvió a pista acompañando a Pitts y, con dos bases sobre el parquet, se empezaron a encontrar grietas en la sólida estructura defensiva ilerdense. Gran parte de culpa la tuvo la explosión de energía que insuflaron Mendiola, Thiam y Nacho Díaz al juego. Su intensidad impulsó al HLA Alicante tanto en la retaguardia como en el plano ofensivo, lo que se tradujo en ventaja lucentina al paso por vestuarios. 36-32.

En la reanudación ambas escuadras subieron una marcha. Lo que no variaba era la igualdad, constante en la ecuación del duelo. Cada acción de unos la replicaban los otros y viceversa. Llompart tiraba del carro local y Feliu hacía lo propio con el equipo de Gustavo Aranzana (40-40, m. 24). Ahí hizo acto de presencia el innegociable coraje de Chumi Ortega. Apoyado en el dominio del rebote (inmenso Bamba) y en la inyección de intensidad del de Yecla, el HLA Alicante construyó un parcial de 11-4 que derivó en la máxima ventaja a favor de los de Rivero coincidiendo con la clausura del tercer cuarto. 54-47 reflejaba el electrónico a falta de la batalla de los últimos diez minutos.

En el asalto final, el conjunto lucentino demostró que sabe moverse en cualquier escenario. No importa si un día toca correr y otro bajar al barro. Como ocurriera ante Melilla, los de casa elevaron su nivel defensivo y secaron el ataque visitante hasta que alcanzó la categoría de «desierto». El frío dato: 23 puntos de los catalanes en la segunda mitad. Mientras, en el plano ofensivo, aun sin brillar, el HLA Alicante iba sumando poco a poco con Pitts hacía de las suyas. Tal coctelera de acontecimientos desembocó en un parcial de 9-3 (63-50, m. 37) que ponía muy de cara el asunto para los alicantinos. El cuadro ilerdense dio un último coletazo con cuatro puntos seguidos, pero Galán y Chumi se encargaron de cancelar cualquier billete que pudiera tener la victoria destino Lleida. El HLA Alicante volvió a ganar y ya van ocho consecutivas. Quince en la temporada y una semana más en el cuarto puesto. No hay mucho más que añadir. Para qué. Con este equipo, mejor soñar.

67 HLA Alicante (18+18+18+13): Llompart (7), Schmidt (7), Chumi Ortega (12), Galán (8), Bamba Fall (14), -cinco inicial- Pitts (9), Busquets (2), Arcos (0), Mendiola (0), Nacho Díaz (6), Onwenu (0) y Thiam (2).

55 ICG Força Lleida (21+11+15+8): Chapela (1), Polanco (9), Feliu (13), Stutz (12), Mbaye (5), -cinco inicial- Santa Ana (3), Martí (2), Sans (2) y Cleare (8).