Pregunta: Tienes una gran experiencia en baloncesto, has trabajado con CB Santillana y entrenado al equipo Pas Piélagos en la Liga EBA. Y еn julio de este año firmaste con Alicante y te convertiste en el nuevo entrenador de Aludium Lucentum. Antes de hablar sobre esto, nos gustaría saber un poco más sobre su trayectoria profesional.
¿Por qué decidiste dedicar tu vida al baloncesto? ¿Cómo empezó tu carrera como entrenador y qué te motivó a convertirte en entrenador?
Respuesta: Empecé a entrenar en el año 98, cuando era cadete. En mi club no había entrenadores, me lo ofrecieron y entonces comencé a entrenar al equipo infantil, que es justo la categoría inferior. Desde ese año no he dejado de entrenar. Llevo relacionado con el baloncesto desde que tengo seis años, así que llevo 36 años entre jugador y entrenador. Me dedico a esto porque es lo que me gusta, lo que me apasiona. Creo que en esta vida hay que hacer lo que a uno le apasiona, siempre y cuando se te de medianamente bien.
¿Qué papel juegan las emociones en el entrenamiento?
Un entrenador no es solo la parte táctica, la pizarra. Hay una parte emocional, una parte psicológica. También está la parte de gestionar cómo se sienten las jugadoras que juegan menos, y asegurarse de que las que juegan más estén bien físicamente. Hay que utilizar todas esas herramientas y hacerles ver que, aunque no les piten faltas, están haciendo un buen partido. Por ejemplo, con las infantiles, aunque no siempre controlen lo que pasa en el juego, como cuando llueve, lo importante es aprender a adaptarse. Siempre trato de que vean la parte positiva, que sigan compitiendo y trabajando en lo que se les pide.
¿Cómo gestionas las relaciones fuera de la pista, con las familias o los padres?
Con las familias y los padres procuro comunicarme lo menos posible. Yo trabajo directamente con las jugadoras, ya sean niñas o senior, y mi foco está en ellas. Tenemos un grupo de WhatsApp a través del cual informo de horarios, convocatorias, y respondo a cualquier duda, tanto a nivel grupal como individual.
¿Qué importancia le das a conocer el contexto de las jugadoras, como su vida familiar?
Llevo solo un mes con este equipo, así que no he tenido mucho tiempo para conocerlas a fondo. Pero trato de interesarme lo justo para entender un poco el contexto de cada jugadora, lo que las rodea y cómo es su entorno familiar. Pienso que parte del trabajo de un entrenador es ayudar a que las niñas de 13 o 14 años se vuelvan más independientes, que aprendan a preocuparse por sus cosas, como saber cuándo juegan y qué partidos tienen, en lugar de que sus padres les den toda la información.
¿Qué consejo le darías a las jóvenes jugadoras de baloncesto que sueñan con convertirse en profesionales?
Lo primero es que no deben obsesionarse con eso. Creo que lo más importante es disfrutar del camino: disfrutar jugando con las compañeras, con el club, y de lo que nos apasiona. Y trabajar más que los demás. Al final, quienes llegan a ser olímpicos son personas que trabajan hasta la extenuación. Este es un deporte de esfuerzo. Luego, claro, hay diferencias debido al talento natural; algunos nacen con más aptitud para jugar, otros no tanto.
¿Cuál es tu enfoque sobre el sacrificio en el deporte y el equilibrio entre lo que se deja de hacer y lo que se busca lograr?
Bueno, si trabajas normalmente y pones las cosas en la balanza, te das cuenta de que dejas de hacer cosas que, por edad, quizá deberías estar haciendo. Sacrificas ciertas cosas porque, aunque a todos nos gusta llegar lejos, es necesario hacer sacrificios. Es importante saber qué quieres sacrificar y qué no, para entender hasta dónde quieres llegar. Pero, sobre todo, es fundamental disfrutar del camino. No conozco a ningún jugador o jugadora profesional que no recuerde con cariño sus años como infantiles, cadetes o en categorías inferiores. Esos son momentos especiales, porque una vez que el deporte se convierte en trabajo, el enfoque cambia y puede ser menos agradable.
Y en cuanto a tus planes para los próximos años con este equipo, ¿cómo ves el futuro del equipo y su desarrollo en el baloncesto?
Bueno, estuve algunos años fuera del baloncesto profesional. Durante diez años me dediqué a ello completamente, pero después hice una pausa por motivos personales. Ahora he vuelto tras llegar a un acuerdo y, sinceramente, estoy muy a gusto aquí. Es un club que ofrece muchas cosas a nivel profesional: tienes todas las facilidades para hacer bien tu trabajo y te dan mucha libertad para trabajar. Así que, de momento, no me planteo nada más allá de seguir disfrutando aquí. Como mencioné antes, para mí disfrutar es lo más importante, y ahora mismo me siento muy bien en este entorno.
¿Y en cuanto a las jugadoras y a los equipos, cómo ves su futuro?
En cuanto a las infantiles, creo que hay algunas jugadoras que pueden llegar a jugar al baloncesto en serio, incluso en categorías como Senior, Primera Nacional o Liga Femenina 2. Si trabajan duro, como hemos hablado antes, tienen potencial. En la categoría Senior, veo un equipo con mucho potencial también. Creo que pueden darle muchas alegrías al club y, quizás, alcanzar objetivos más altos. No digo que igualen a los equipos masculinos en poco tiempo, porque ellos juegan en Segunda, y la Primera Femenina es una categoría muy seria. Pero al menos podrían dar el salto a categorías profesionales o semiprofesionales, lo cual sería una gran alegría para todos.