Carles Marzo (Caldes de Montbui, 1992) se formó como jugador de baloncesto en la cantera del FC Barcelona. Ha probado su valía en LEB Plata durante seis temporadas en las que ha logrado el ascenso con Oviedo CB y Amics Castelló. En la actualidad es considerado el mejor base de la competición, gracias a sus 10 puntos de valoración por partido; con una media por encuentro de 11.5 puntos, 3.8 asistencias y 2.6 rebotes. En la temporada 2016/17 vestirá los colores de la Fundación Lucentum Alicante, equipo por el que ha firmado por dos años. Será uno de los referentes del proyecto alicantino.
Pregunta. Al acabar los playoffs, miraba usted hacia LEB Oro como objetivo. Sin embargo, en solo un mes firmó por la Fundación Lucentum, ¿por qué ese cambio de planes?
Marzo. He conseguido dar el paso adelante que pretendía como jugador, he conseguido todos mis objetivos en esta categoría, pero no quiero dar el salto a LEB Oro a cualquier precio. Desde muy temprano la Fundación Lucentum me puso encima de la mesa una oferta muy interesante con un proyecto que espera estar en Oro en los próximos años. No podía dejar escapar esta oportunidad. Y estoy muy contento de haberme embarcado en este equipo y esta ciudad.
¿La Fundación Lucentum fue el único equipo que te tentó?
M. No, tenía varias opciones sobre la mesa. Alicante es un referente en el baloncesto. En Plata ha ocupado siempre los puestos de arriba de la clasificación, así que cuando me llamó mi agente diciendo que estaban interesados en mí, plantearme la opción de ir allí era obligatoria. Me decanté, deportivamente, porque me hicieron sentir que podía ser importante en el equipo y podría seguir mejorando como jugador. Además, la ciudad invita a vivirla: el clima, la playa y la gente de Alicante ayudan.
Desde fuera, siendo rival deportivo, ¿cómo califica la temporada que hizo el club lucentino en la 2015/16?
M. Irregular. Tuvieron un inicio fuerte, luchando por los primeros puestos e incluso teniendo opción hasta el final de entrar en la copa. Pero una segunda vuelta poco sólida, con una serie de derrotas sobre todo fuera de casa, les impidió seguir el ritmo de los de arriba. Creo que les faltó un poco carácter en algunos momentos. Aun así llegaron bien a Playoff y fue una sorpresa que no superasen la primera ronda. De los cuatro equipos que pasamos a semis, tres teníamos el factor cancha en contra lo que muestra la dificultad de jugar a tres partidos en las eliminatorias.
¿Se percibe a la Fundación Lucentum como un club grande?
M. En Plata quizás sea el más grande. Desde fuera sabes que Alicante es una de las grandes plazas del baloncesto nacional, ha tenido equipos en la élite y aspira a volver algún día. Se ve que el club está trabajando sin descanso para crecer y mejorar y eso invita a formar parte del proyecto a cualquiera.
¿Cuáles son las claves para optar a un ascenso en esta categoría?
M. Para mí, tener un equipo competitivo y compensado: un buen juego exterior pero sobre todo un juego interior potente. Las temporadas se hacen largas por lo que los clubes que disponen de diez jugadores que puedan entrar en rotación lo acaban agradeciendo mucho para llegar más frescos a final de temporada. A lo largo del año es clave hacerse muy fuerte en casa, no dejar escapar victorias. Y respecto al estilo de juego mi experiencia me dice que los equipos que ascienden por vía directa son aquellos que defienden mejor; no siempre se ha dado el caso, pero la defensa te da una solidez muy importante.
Hablemos de usted, ¿cómo se define como jugador?
M. Me defino como un base director con capacidad de anotar. Considero que sé leer del juego y sobre todo el pick and roll. Intento llevar el tempo del partido según las necesidades del equipo.
¿Qué considera que puede aportar al grupo?
M. Esta va a ser mi séptima temporada en Plata, así que para empezar he de aportar veteranía y conocimiento de la competición. Pero además quiero ganar, voy a sumar intensidad ofensiva y defensiva. Estaré para lo que el técnico y el equipo precisen, en el equipo va a residir nuestra fuerza.
¿Siente una responsabilidad mayor al ser reconocido como el mejor base de LEB Plata?
M. No, eso me motiva más para volver a cuajar un buen año y conseguir títulos colectivos que al final es los que queremos los jugadores. Creo que la temporada pasada tuve un rol muy importante y di el paso adelante que necesitaba mi equipo para poder estar arriba en la clasificación. Me salieron muy bien las cosas y ahora llego a la Fundación Lucentum con mucha confianza y ganas de hacer un año incluso mejor.
Ha disputado tres finales de Copa LEB Plata seguidas, ¿en el 2017 puede llegar la cuarta?
M. Claro que sí. Aún faltan jugadores por llegar para finalizar la plantilla por eso es pronto para hablar de retos, pero sin duda lo que no vamos a hacer es ponernos un techo de entrada.
¿Ha podido hablar con el entrenador Miguel Ángel Zapata?
M. Si, con Zapata he ido intercambiando impresiones. Hablamos por primera vez antes de fichar. En una llamada me contó un poco lo que esperaba para esta temporada, qué tipo de jugadores quería, como sería el día a día del equipo… Después hemos mantenido el contacto sobre todo para hablar del equipo que se está fraguando.
La Fundación Lucentum de momento ha ido cerrando piezas en el juego exterior, con un único nombre en la pintura. ¿Qué le parece la composición de la plantilla hasta el momento?
M. El juego exterior creo que va a ser de los más fuertes de la liga. Los jugadores que hemos llegado somos todos jóvenes pero con experiencia. Y con trabajo duro en los entrenamientos vamos a poder competir contra cualquier equipo que se nos ponga delante. Ahora falta el juego interior, que como ya he dicho antes creo que es clave para que un equipo pueda estar arriba en la clasificación. De momento, me encantan los compañeros con los que voy a compartir vestuario.
En Alicante va a coincidir de nuevo con Luka Nikolic y también con Álvaro Lobo con quien formó un poderoso tándem la pasada temporada.
M. Lobo es de los mejores penetradores de la liga, tiene mucha técnica individual y es rápido por lo que genera mucho para el equipo, y tiene buen tiro exterior lo que le hace aún más peligroso. Estoy convencido de que fuera del campo aportará mucha personalidad y profesionalidad. Es estupendo coincidir con él y con Luka, otro gran jugador con proyección y mucha calidad; además de centímetros.
¿Qué objetivo personal se fija para esta temporada?
M. Mentiría si no dijera que uno de mis principales objetivos es el ascenso, pero no nos tenemos que obsesionar con ello porque somos muchos equipos para tan solo dos plazas. Hemos de estar lo más arriba posible y después ya veremos hasta dónde podemos llegar. En lo personal, mi objetivo es seguir creciendo y hacer una temporada igual o mejor que la del año pasado.
Conoce lo que es jugar en el campo lucentino, ¿qué le parece la afición?
M. La afición de la Fundación Lucentum me parece espectacular. Recuerdo las semifinales de Playoff que jugué en el Pedro Ferrándiz con Amics Castellón y fue inolvidable. La grada con una buena entrada y los aficionados dejándose la voz todo el partido. Se nota que es una ciudad que ha respirado baloncesto muchos años y que disfruta este deporte. Espero que este año podamos hacerles vibrar.
¿Cuál considera que ha sido el mejor momento de su carrera deportiva?
M. El año pasado. El equipo iba bien, consiguiendo llegar a dos finales contra todo pronóstico, y yo estaba con mucha confianza. Volver a Ávila fue un orgullo: era un club que me había dado mucho, con un entrenador que me había ayudado a progresar como jugador. Aun así, sabía que el club era modesto y que iba a ser difícil confeccionar un equipo que pudiera competir para estar arriba. Después se dieron una serie de circunstancias que nos permitieron llegar a disputar el título de copa y quedarnos a las puertas de un ascenso, por lo que el logro fue increíble. Hasta la fecha, el mejor momento de mi carrera y no dudo en que están por llegar días mejores.
¿En qué partido aprendió más?
M. Fue en la temporada 2014/15, en el quinto partido de la final de Playoff con Amics Castelló. El rival era el CEBA Guadalajara. Los nervios estaban a flor de piel. Recuerdo el pabellón lleno hasta arriba, con unas 4.000 personas, no sé si nunca había jugado delante de tanta gente pero era una sensación espectacular. Había mucha presión porque el ganador conseguía el ascenso a LEB Oro. Jugábamos en nuestro campo, delante de nuestra afición. Fue un partido muy igualado, hubo opciones para ambos hasta los últimos segundos, y ganamos. La tensión de ese partido me ha ayudado a encarar los partidos importantes que me tenido a continuación con mucha más madurez.